La caja de espejos – Reseña española
New Books in German en versión española:
En esta apasionante novela, sabiamente narrada, sobre la Gran Guerra, Poschenrieder ofrece un original enfoque del tema que puede resultar muy atractivo para un amplio público. Concisa y conmovedora, esta »Caja de espejos« se mueve con toda fluidez entre los horrores de los frentes de trincheras y el Múnich de la actualidad, donde el joven narrador va sumergiéndose cada vez más en las fotos, cartas y reportajes sobre la guerra legado de su tío abuelo Ismar Manneberg, oficial alemán de origen judío.
El bisnieto es un personaje simpático, aunque algo extraño. Trabaja para una misteriosa organización –él cree que se trata de una pantalla de la CIA– escribiendo informes en inglés sobre el tratamiento en los medios de comunicación de asuntos «de interés para el Gobierno de EE.UU.». Es consciente de lo ridículo de su función: la información que le contratan para enviar ya la ha puesto disponible antes la misma prensa. Pero entonces el jefe decide digitalizarse, y así llegan a su fin los días en que el joven escrutaba plácidamente periódicos con los dedos manchados de tinta. Cada vez más disgustado, reflexiona sobre los efectos negativos de la tecnología digital, y de ese modo recuerda la caja con papeles y fotos de su tío abuelo. Al repasarlos, encuentra una misteriosa fotografía de la «caja de espejos».
Descubre entonces foros en internet para entusiastas de la Gran Guerra como él, y así termina entrando en contacto con WarGirl18, que parece enterada de alguna cosa que otra sobre la misteriosa caja y Karamchand, el médico que la inventó. Al principio el narrador duda de si confiar o no, pero finalmente resuelve hablar con ella y accede a que se vean en persona cuando le cuenta que tiene cartas enviadas por su tío abuelo.
Entre estas averiguaciones para saber más sobre la caja de espejos se entrelazan pasajes sobre la vida de Ismar en las trincheras. Imaginando estar prometido, el hombre escribió una carta a su ficticia novia. Y le respondió. Impresionado, pero también emocionado, comenzó a mantener correspondencia con la misteriosa comunicante. En esa misma época empezó a visitar Karamchand, que había conseguido devolverle la salud tras ser herido en combate, interesándose cada vez más por el tratamiento con la «caja de espejos» en que estaba trabajando el médico. Todo ello le ayuda a mantener el dominio sobre sí mismo en medio del caos de la guerra de trincheras.
El relato de la vida del narrador en el mundo actual y el de la de Ismar adquieren un creciente paralelismo según va avanzando esta original y emotiva narración, hasta llegar así a un desenlace intrigante y, también, escalofriante.